sábado, 31 de octubre de 2020

La felicidad

“Estoy muy cerca de perder
Y aunque no sé muy bien el qué
Lo noto cada vez más lejos, casi no lo puedo ver
Así que manda una señal
Algo que sirva como luz”




Supongo que estos días, días que ya se están alargando demasiado, están siendo para todos oscuros y difíciles. Son días de zozobra e incertidumbre, de miedos y tragedias. Días de incomprensión sobre nuestro propio destino, sobre lo frágil y azaroso del mismo y de incomprensión, en muchas ocasiones, sobre las acciones e ideas de los demás. Días de cuestionarse todo, de dudar, de buscar motivos y motivaciones. Días de renegar y patalear, días vacíos. Son días de plantearse si somos felices.

Pero, ¿qué es la felicidad? Según la primera acepción de la RAE, “felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física.” Pues no pide nada. Vamos por partes.

Lo primero que podemos ver es que felicidad es un estado. Es decir, es una base, un fondo, una estructura más o menos estable sobre la que nos mantenemos. Los estados, pese a que son necesariamente transitorios, no son momentos puntuales de estallido o apagón. Por lo tanto, la felicidad, al contrario que la alegría, no es algo puntual o expansivo que suela manifestarse exteriormente. La felicidad tiene, o al menos debería tener, cierta estabilidad ante los avatares y circunstancias que nos vamos encontrando por el camino. La felicidad, por lo tanto no es contraria tampoco de la tristeza. Ambas pueden convivir perfectamente, se puede estar triste puntualmente y sin embargo, de fondo, seguir siendo feliz.

¿Ésto es felicidad o es alegría?


La segunda parte de la definición nos dice “grata satisfacción”. Satisfacción puede significar  sensación de plenitud, sentimiento de trabajo bien hecho y deber cumplido. Es, de nuevo, algo muy íntimo e interior.

La tercera y última parte dice “espiritual y física”. De la parte espiritual ya hemos hablado, pero aquí entra en juego la parte física. Física no se refiere necesariamente a estar satisfechos con nuestro físico, nuestro aspecto exterior, pese a ser éste un factor. Satisfacción física se refiere más bien, a la ausencia de problemas físicos o de salud o a la aceptación de los mismos en caso de haberlos. Así, el que haya problemas de salud no impide necesariamente la felicidad si somos capaces de comprenderlos y convivir con ellos.

Y ahora que sabemos lo que significa, vayamos a lo concreto.

¿Qué te hace a ti feliz?

Cada uno encuentra, o al menos trata de hacerlo, la felicidad en cosas diferentes. 

Aquí encuentra Waylon Smithers su felicidad. Todo está en Los Simpson


Hay quien busca la felicidad a través de proyectar hacía afuera una imagen exterior. Esta imagen puede ser de éxito profesional mediante el puesto y el tipo de trabajo alcanzado, el cargo y la responsabilidad del mismo, o del sueldo percibido. Puede ser una proyección de éxito personal mediante, por ejemplo, nuestra pareja o mediante la posición de poder que tenemos hacía determinadas personas. O puede ser también una proyección intelectual demostrando nuestra inteligencia o humor. Pero también puede ser una imagen más física, relacionada más con nuestro propio aspecto y con gustar mediante él.

Hay quien encuentra la felicidad en el aislamiento interior o grupal. En muchas ocasiones, tanto la gente cercana como el entorno pueden provocar mucho daño y sufrimiento, tanto de manera voluntaria como, sobre todo, involuntaria. Así, el aislarse de ese ruido en mundos más conocidos y controlados suele conllevar un estado de mayor calma y felicidad. Ese aislamiento no tiene porqué ser necesariamente individual, como ya he dicho, muchas veces ese aislamiento es grupal y de nicho, un grupo de personas con la que compartir gustos y aficiones lejos de la mirada y juicio de los demás. Felicidad como sentimiento de pertenencia.

También puede haber felicidad a través del éxito académico o profesional. Ojo, esto no es lo mismo que lo dicho en el primer punto. El primer punto habla de proyectar hacía fuera éxito, ya sea éste real o ficticio, aquí hablamos de éxito autoexperimentado e interior, de autorrealización. El lograr alcanzar con éxito las metas académicas que nos imponen y nos autoimponemos. El lograr tener un trabajo que nos satisfaga en lo posible económica e intelectualmente. El “conquistar” a la persona de la que nos enamoramos o que simplemente queríamos conquistar.

Felicidad a través de los demás. Según la propia RAE en su segunda acepción, felicidad es la “persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. Mi familia es mi felicidad.” Alcanzamos la felicidad a través de la felicidad de los que nuestro alrededor. De nuestras parejas, nuestro padres y hermanos, nuestros amigos, nuestros hijos. Somos más felices si a ellos les va bien, o ,al menos, si no les va mal. Somos felices con su simple compañía o con el mero hecho de saber que están ahí, andando por el mundo cerca de nosotros. Somos felices al refugiarnos en ciertas personas. A veces basta con estar cerca de ellas de la forma más banal o ligera, a veces, abriéndose en canal y llegando al interior de uno mismo.

A veces la felicidad es simplemente un paisaje, un recuerdo. Una imagen exterior o mental que nos recuerda a algo o alguien, que nos calma y tranquiliza. Que nos protege y reconforta.

Aquí está parte de mi felicidad


Cada uno mezclamos en la proporción que queremos estos “ingredientes” para alcanzar nuestra propia felicidad. La proporción de cada uno de ellos no es algo estable o inmutable, nos apoyamos en mayor o menor medida en unos u otros según las circunstancias del momento o de la etapa vital en la que estemos. 


Si uno no sabe a qué puerto navega, ningún tipo de viento le es favorable” Séneca.


PD: Este post ha nacido gracias a un sueño. Tanto la idea como la base parten de lo vivido y hablado en él. Curioso como funciona nuestro subconsciente.