miércoles, 10 de febrero de 2021

Aprendiendo a vivir

 Hay veces que una canción que habla de ti
Le gusta a todo el mundo, menos a mí”




- Ares, ¿Porqué no vas a jugar a los columpios con los demás?

- Es que quiero jugar con mi amiga.

- ¿Qué amiga, Ares?

- Pues esa niña

De repente, de entre los columpios sale corriendo con los brazos abiertos una niña de la misma edad que él. Ares al ver a su amiga correr a toda velocidad, arranca a su vez con los brazos en alto en dirección a la niña. Durante unos instantes de felicidad e ilusión, los dos niños parecen correr como locos el uno hacia el otro para fundirse en un abrazo.

La ilusión en su esencia


Sin embargo, por el rabillo del ojo puedo ver qué otro niño situado a la izquierda de Ares corre a su vez hacia la niña, también él con los brazos en alto. El otro niño es algo mayor y más rápido. La niña sigue corriendo, aún no sabemos del todo hacía quién, aunque nos tememos ya el fatal desenlace. Y en efecto, nuestra pequeña amiga pasa de largo de Ares para acabar fundiéndose en un largo abrazo con el otro niño.

Ares, desolado, observa la escena a unos tres metros de distancia. Poco a poco, sin dejar de mirar, va bajando lentamente la cabeza. Finalmente se da la vuelta y comienza a caminar solo para acabar sentado en un banco.

Ares Wiggum Mongil en el instante en el que se le rompe el corazón. 
Todo está en Los Simpson


Ares acaba de descubrir de que va la vida.

Los que somos padres a menudo pensamos en cómo vamos a explicar y a enseñar a nuestros hijos cómo es la vida en realidad, cómo manejar las frustraciones, cómo hacerle ver qué casi todo son ostias y que crecer es aprender a convivir con ellas. Pues toma, probablemente no haga falta explicar nada ya que desde los cuatro años ha podido vivir en sus carnes su primera experiencia de este tipo.

Pues si Ares cariño, eso es la vida. Decepción tras decepción, ostia tras ostia. Ilusionarse con algo es el preludio de un final que todos conocemos. Creo que ya lo vas aprendiendo.

Sin embargo Ares, hay una cosa que aún desconoces. Puede que ya vayas descubriendo lo que es la vida, pero yo aún tengo algo más importante que enseñarte.

Yo te voy a enseñar lo que es vivir.

Y vivir Ares, no es otra cosa que esa carrera que has echado con los brazos en alto, los ojos como platos y la boca abierta. Esa ilusión que para ti ha durado cinco segundos (a nosotros a veces nos dura cinco días, cinco meses o cinco años). Esa es la clave, eso es el sentido de todo.

Cabeza arriba y sin miedo, hijo

Así que si, hijo mío, siéntate ahora en ese banco y laméntate. Pero ya te levantarás y volverás a correr brazos en alto hacia lo que quiera que toque en ese momento, y sabrás y descubrirás en esos instantes, que esas carreras es lo  único que merece realmente la pena y lo que nos hace sentir de verdad vivos.


Soy un loco que habla solo de ti, en serio solo me hablo de ti. Love of lesbian