domingo, 7 de junio de 2020

El tercero


“Bienvenida a casa
Pequeña gran revolución
Que con tus pasos marcas
Un nuevo rumbo en dirección
A nuevas montañas
Que parecen menos altas
Con cada palabra
Que nace en tu garganta”

No lo estás teniendo fácil. Aunque ya empiezas a darte cuenta de algunas cosas, eres aún demasiado pequeño como para saber que el camino que has recorrido hasta aquí ha estado lleno de obstáculos. Tampoco puedes saber lo que me preocupa pensar en los problemas que veo y en los que ya puedo anticipar, pero no me quiero adelantar, ya llegaré a eso.
Todo el mundo sabe cuándo fue el día en el que vino al mundo y la mayoría, si pregunta un poco, podrá conocer perfectamente las circunstancias que rodearon a ese día. A qué hora nació, cuánto duró el parto, que estaban haciendo los padres cuando todo comenzó, etc. Lo que menos gente sabe, supongo que porque muchas veces ni los padres lo saben, son las circunstancias del día en el que ese espermatozoide intrépido decidió, como quién no quiere la cosa, meter su cabeza en esa enorme pelota que veía al final del túnel. En este primer punto salvaste ya el primer y enorme obstáculo, puesto que se supone que entre tu madre y yo ésto no podía pasar de forma natural. Es curioso como la misma acción, la más importante de todas, puede ser para unos un imposible y para otros algo de lo más fortuito. Para nosotros ha sido las dos cosas, eso sí que es difícil. Como iba diciendo, en tu caso podré recordar siempre, y hasta el mínimo detalle, el día en el que comenzaste a existir, ya que fue, posiblemente, uno de los días más felices de mi vida. Fue el domingo 16 de Septiembre de 2018, y en South California hacía un día maravilloso. Ese domingo tu madre, tus hermanos y yo, nos despertamos en un hotel de San Diego. Durante el resto del día fuimos subiendo por la interestatal 1 del Pacífico, que recorre la costa oeste de Estados Unidos desde casi Méjico hasta Vancouver, todo su trayecto pegada al océano. Cómo olvidar Oceanside, Laguna Beach, Newport Beach…Recorrimos después de sur a norte todo Los Ángeles, lo que nos llevó algo más de dos horas, hasta llegar a Malibú. El atardecer en esa playa de Malibú es algo que no se borrará nunca de mi memoria: el sol poniéndose más allá de la línea del horizonte del mar, los surfistas navegando las olas del Pacífico, las garzas pescando en la laguna...El día acabó en un hotelito de un pueblo cercano a Malibú, y en ese hotel, en esa noche después de aquel increíble día, comenzaste a existir tú.

Malibú

También recuerdo bien el día en que me enteré de que tu madre estaba embarazada de ti. Ella ya llevaba amenazando varios días con la posibilidad, pero yo creía que eso era imposible y no le daba excesiva importancia. Sin embargo, cuándo oí el teléfono mientras estaba en el trabajo, y vi que era ella la que llamaba, supe ya antes de descolgar lo que me iba a a decir. Aunque te parezca imposible, pese a que tus hermanos aún no tenían ni dos años, y pese a que no te habíamos buscado, la alegría que me llevé fue enorme. Estaba pasando un momento algo bajo (otro más) y el saber que venías al mundo arrasó al resto de mis preocupaciones y me mantuvo alegre durante un tiempo.
Casi nadie pareció alegrarse excesivamente de que estuvieras ahí dentro, la mayoría nos llamaba locos o nos miraba con condescendencia, casi todos veían solo los problemas. El contraste con la explosión de alegría que supuso para los que nos quieren el embarazo de tus hermanos fue tremendo. Parece claro que algo ya has sacado de tu padre, el ir siempre a contracorriente.
Tu embarazo se puede decir que fue bastante tranquilo, si hablamos solo de lo físico. Si hablamos de lo emocional fue un huracán, dentro de un terremoto, en medio de una explosión nuclear. Estuviste muy cerca de nacer ya con padres separados, pero serviste de pegamento para mantenernos unidos en medio de la tormenta. No sé si eres más un puro superviviente o un agente del destino que intenta llevarme por el camino más recto. El caso es que naciste en medio de la peor crisis que hayamos tenido. Un año y un día después aquí nos sigues teniendo, juntos, y a tu lado. Tampoco es que todo lo que rodeó tu nacimiento fuera malo, al menos, tú si pudiste tener el calor de tu madre desde el primer momento. Al menos, tu madre pudo tocarte desde el primer instante.
Es muy jodido notar que el nacimiento de un hijo no provoca excesiva alegría a tu alrededor salvo casos puntuales, pero a veces así son las cosas. Pareciera que todo el mundo pensaba que sobraras, o peor, que a nosotros nos molestaras. Pero, joder, te puedo asegurar que para nosotros jamás ha sido así. Pese a todas las circunstancias que nos han rodeado, yo te he adorado desde el primer día. 
Y tus hermanos, mucha gente nos decía que iban a tener celos de ti, que se iban a sentir desplazados. Eso no ha pasado ni una sola vez, se han portado con más madurez que muchos adultos. Yo estaba seguro de ellos y lo decía a los cuatro vientos a quién me quisiera escuchar, pero, ¿qué sé yo?. Otra vez callando bocas. 

Tres

Por la calle miradas de compasión, comentarios acerca de lo locos que estamos. En nuestro círculo, menos entusiasmo que con los mayores, menos ayuda de la esperada pero nunca pedida. A veces más trabas y zancadillas que compresión o adaptación. Pero tú no preocupes por eso, tus padres son el escudo que impide que todo eso te llegue. No está siendo fácil. Está siendo muy satisfactorio el luchar contra todo 
Has ido creciendo viendo a tus hermanos crecer. Has empezado a andar sin que nadie te enseñara, solo a base de perseguirles para que nadie te deje atrás. Y nadie va a poder dejarte atrás. Sigue así, eres un puto luchador, abriéndote camino a base de amor y sonrisas, abriendo los corazones de hasta los más reacios gracias a tu ternura. Hasta te has comido tres de los primeros meses de tu vida en casa sin poder salir. La primera vez que lo hiciste después de tanto tiempo, en vez de llorar asustado, te pasaste todo el camino aplaudiendo como hacías cada vez que te daba el único aire que habías conocido (cuando abríamos la ventana a las 20:00). No has pedido permiso a nadie para llegar hasta aquí, pero aquí estás, siendo el centro de la vida de los que te rodean. 

Tu sólo has arrancado, sin permiso

Ayer cumpliste tu primer año de vida, y, como siempre , rodeado de obstáculos, solo pudieron venir a celebrarlo cinci personas. Tampoco creo que hubieran venido muchas más, pero eso no nos importa. En cuanto a las felicitaciones, el problema no es que casi no hayas recibido ninguna, qué suerte tienes de que aún no te enteres de nada, el problema es creer que eso no va a cambiar demasiado con el paso del tiempo. Pero tú no te preocupes, los que te rodean, tu círculo cercano, te quiere incondicionalmente y no sabe vivir sin ti. Nunca te va a faltar ni una gota de amor ni de cariño, tus padres nunca te van a fallar en eso.

Un año ya

El imposible, el improbable, el casual, el pegamento, el otro, el superviviente, el sonriente, el luchador, el guerrero. El querido, el amado, el deseado, el pacificador, el tranquilo, el que tranquiliza. 

Tu padre arrancaría la corteza de la tierra a pedazos por ti.

Feliz primer cumpleaños, hijo.

Todo está en Los Simpsons

“Do it for her". Homer Simpson

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