martes, 12 de mayo de 2020

El camino

La vida es más fácil si andas despacio
¿no ves que nadie llega al fin?
Que fuera epitafio del hombre más sabio un
"yo sólo pasé por aquí"



Hoy leí en el estado de WhatsApp de una amiga, yo al menos la considero amiga aunque no sé si a mí ella siquiera me considera, una frase que pese a sonar a mensaje de taza de desayuno, viéndola a través de sus ojos y conociendo su situación actual (la cuál no viene al caso), me ha hecho reflexionar.  "Éramos felices y no lo sabíamos".
Frase de taza de desayuno, pero demoledora en la boca adecuada

No sé muy bien cuál es el punto exacto en el que perdemos la perspectiva. A que edad empezamos a preocuparnos casi exclusivamente por el futuro, a tener la cabeza siempre en lo próximo que vamos a hacer. A buscar siempre la siguiente preocupación.
Puede que sea nuestra condición natural, una simple cuestión de evolución adaptativa, la capacidad de establecer relaciones causa-efecto que nos permitan aprender de los errores y poder así prever el futuro. Y en eso estemos, en prever constantemente el futuro.
O puede que sea algo impuesto socialmente, que todo comience en los colegios cuando aún somos niños, fijándonos la meta en la siguiente evaluación, el siguien dete curso. Y en eso estemos, en estar constantemente pasando al siguiente curso.

Pero, ¿Podemos realmente cambiar este hábito? ¿Queremos? ¿Nos conviene? 

Lo primero sería saber exactamente en qué consiste el atrapar el día, el viejo Carpe Diem. A qué nos referimos con ello. No creo que consista en buscar constantemente el máximo disfrute o aprovechamiento del tiempo. Lo que probablemente consigas con eso es generar ansiedad y frustración por no lograrlo, creando así la paradoja de llegar exactamente al mismo punto que querías evitar. 
Disfrutar el presente no significa necesariamente tener que estar todo el día de fiesta, viajando, haciendo deporte o "aprovechando" el tiempo. No es imprescindible llenar por obligación cada minuto de nuestro día a día con cosas que hacer. Ocupación del tiempo no es sinónimo de felicidad. No hay que temer al "vacío" de no tener nada que hacer. No hay que temer al aburrimiento. No hay porque temer a la rutina.
Tampoco alegría es sinónimo de felicidad. La alegría es un estado puntual que se encuentra en situaciones especiales y concretas, no es un estado natural de base. No es malo no estar siempre alegre, es bueno tener momentos de tristeza o melancolía.
Para mi felicidad es sinónimo de tranquilidad, entendiendo ésta como paz interior, como equilibrio emocional. Esa paz y esa tranquilidad está para cada uno en un punto distinto, que no es necesariamente el mismo para todos, cada uno lo encontrará en unas cosas diferentes. Ni todos somos iguales ni debemos serlo, y por lo tanto, no todos debemos buscar la felicidad en el mismo sitio. Tu felicidad no habita en lo que hace felices a los demás.

The long road

Luego está el siguiente punto, el más importante o, al menos, el más tratado y hablado. Es el pensar constantemente en el futuro, el perseguir perpetuamente la meta. 
La meta no existe, la meta es el camino (otra frase de pared del Starbucks). A todos nos acaba llegando el punto en el que nos damos cuenta. No hay nada que perseguir porque no hay un final. O más bien si que hay un final, pero todos lo conocemos y no nos gusta demasiado. 
Malgastamos inútilmente un montón de energías en preocuparnos por desgracias que están por venir, en anticipar la alegría de lo que está por llegar, fantaseamos con éxitos y fracasos laborales, con relaciones por nacer y con relaciones por concluir, con partidos por ganar, con la siguiente fiesta, con la fría venganza. 
Siempre huyendo hacia adelante, siempre otro objetivo, siempre el próximo miedo. 
Para. Frena. Respira. Deja de acelerar, deja de correr pues solo estás tratando de alcanzar el horizonte. Cuando alcances el siguiente objetivo, cuando llegues a la siguiente la meta, tampoco hallarás ahí la felicidad final. Es una carrera infinita que no lleva a ninguna parte. 


Homer descubriendo que ésta tampoco era la meta. Todo está en Los Simpsons


En la rabiosa actualidad, rabiosa en toda su polisemia, vemos claramente esta carrera a ninguna parte. Hablo, claro del Covid 19.
El primer objetivo era llegar al pico, después había que superarlo, luego vino el  aplanar la curva. Ahora la meta es pasar a la siguiente fase. !Vamos! Fase 0, fase 1, cuando lleguemos a la fase 2 podremos.... De nuevo la historia de siempre en la que todos caemos como guiados por el flautista. No nos damos cuenta de que de nuevo es una carrera a ninguna parte, que ésto muy probablemente ha venido para quedarse, que tenemos que adaptarnos porque lo que teníamos antes no va a volver tan fácilmente. Ésto no es una carrera a la vieja normalidad, y de serlo es una larga maratón. Ésta es nuestra nueva realidad y a ella va a haber que adaptarse.

"La vida es eso que pasa mientras esperas momentos que nunca llegan".

Lester Freemon, The wire



El viejo y sabio Lester



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